Qué hacer en Andorra derrochando adrenalina
Por segunda vez viajo a Andorra, esta vez en Mayo para asistir al #TBMAndorra 2016 (El TBM es una reunión de travel Bloggers en España). Donde me creí ser Loïc Bruni (Mejor ver el vídeo).
Andorra está llena de estaciones de ski que en verano se utilizan para realizar todo tipo de actividades como tiro con arco, descenso en mountain bike, escalada, senderismo en busca de cascadas, vías ferratas, etc… un sin fin de actividades tanto para adultos como para los más jóvenes.
[Tweet “Yo también quiero derrochar adrenalina en @vallnord”]
Nosotros nos dispusimos, juntos con los amigos de Andorra Turisme y varios bloggers de viaje más, a realizar una actividad tranquilita en Pal Arinsal, una de las estaciones de ski a la que se sube con un telecabina desde el municipio de La Massana.
Soraya era la encargada de que nuestro día fuese perfecto, nos llevó a la estación y allí nos esperaba Pepe (hermano de Soraya), un loco de las bicicletas que iba a dar una vuelta con unos chicos que sólo sabían viajar y escribir en el ordenador 😉 Aunque algunos, bien es cierto, demostraron su pericia al manillar de la bicicleta.
Empezamos con una ruta suave, bajamos una pista verde en el Bike Park de Vallnord, y nos entró tal gusanillo que ni cortos ni perezosos, vamos y le pedimos a Pepe si podríamos bajar a la Massana desde la estación de ski, ello suponía tener que hacer un descenso importante, lo que no sabíamos que teníamos que pillar una pista azul con algún tramo rojo, los colores miden la dificultad de las rutas.
La primera bajada ya se las traía y sirvió de excusa perfecta para irse a tomar un café y esperarnos mientras los temerarios terminábamos la ruta, tras esa bajada y casi una hora después llegamos a la Massana. Todo surgió con normalidad, sin accidentes dignos de mencionar, algún resbalón que otro, una pequeña caída al final de la ruta y mucho miedo en algunas zonas de la bajada.
“Los pro’s”, cómo los llamábamos nosotros, bajaban a tal velocidad que no nos daba ni tiempo de verlos pasar, nos quedábamos alucinado con la velocidad con la que “los pro’s” se atrevían a bajar por esos caminos de dios…
La experiencia fue bestial, recomendadísma 100% y un derroche de adrenalina en cantidades industriales. Si vais no dudes en preguntar por Pepe, gran persona, gran guía y un paciente profesor al enseñarnos a unos locos de los viajes a bajar por unos caminos que sólo las cabras y “Los Pro’s” se atreverían.
¡Gracias por todo chicos, volveremos!